Precalienta el horno a 200°C. Mezcla la mantequilla, el perejil, el orégano, la albahaca, el ajo en polvo, la cebolla en polvo, la sal y algunos giros de pimienta (aproximadamente 15 giros) hasta obtener una pasta bien homogénea.

Si tus filetes de pollo son más gruesos de 2 cm en su parte más gruesa, colócalos sobre una tabla de cortar, cúbrelos con film transparente y aplana suavemente la parte gruesa hasta que tenga entre 1 y 2 cm de grosor. Seca el pollo con papel de cocina.

Coloca los filetes de pollo en una bandeja para hornear o en una fuente para gratinar, asegurándote de que no estén demasiado apretados (deja algunos centímetros de espacio entre y alrededor de cada filete). Unta la mantequilla con hierbas y ajo sobre la superficie de cada filete.

Coloca el pollo en el horno y cocina durante 20 minutos. El tiempo de cocción puede variar según el tamaño y grosor de los filetes de pollo, así que utiliza un termómetro de cocina para verificar que la temperatura interna de la parte más gruesa haya alcanzado los 74°C.

Una vez cocido el pollo, deja reposar durante unos 5 minutos antes de cortarlo y servirlo.